El hombre sigue anhelando y buscando la felicidad en cualquier cosa que llene vacíos de manera momentánea, en esas inyecciones de emociones al límite; no obstante, esta sociedad cada vez mira más hacia adentro, se vuelve más individualista y al pretender encontrar la alegría de forma individual se convierte en una tarea difícil.
Cuánto bien nos haría escuchar al salmista. Acompáñeme a través de los primeros ocho versículos del Salmo 119:
- Felicidad: son dichosos y felices las personas íntegras y sin tacha. ¿Cómo se logra eso? El texto nos enseña que siguiendo la enseñanza bíblica (la que nos ha dado el Señor v.1), también buscando a Dios profundamente, de corazón y siendo obedientes a los mandatos del Señor (v.2). Sin olvidar que debemos andar solamente en caminos aprobados por Dios, no en conductas o asuntos turbios, vivir haciendo el bien (v.3).
- Búsqueda: en vez de buscar felicidad, amor u otra cosa en pozos secos, debemos hacer la tarea de buscar a Dios en Su Palabra. El Señor nos ha encargado que cumplamos sus preceptos (v.4), obedecerlos nos lleva a una dicha mayor, una que dura para siempre.
- Deseo: el salmista expresa un deseo que debería ser el nuestro también: “Oh, ¡cuánto deseo que mis acciones sean un vivo reflejo de tus decretos! Entonces no tendré vergüenza cuando compare mi vida con tus mandatos” (v.5-6 NTV). No significa que obedecer y anhelar la Palabra de Dios es fácil o que hacer siempre lo bueno está en nosotros, al contrario, aún estamos en este cuerpo de pecado, que se resiste a la enseñanza y que no desea de manera natural el obedecer o dejar el mal, pero gracias al sacrificio de Jesús en la cruz tenemos entrada delante del Padre (Hebreos 10:19), por Cristo podemos ser rectos e íntegros, por Cristo tenemos guía del Santo Espíritu y comprensión de la verdad (Juan 14:26).
- Respuesta: el escritor de este salmo nos enseña que cuando aprendamos con un corazón recto a seguir las enseñanzas seremos felices y que también podremos responder de forma determinada con gratitud y alabanza (v.7), porque una persona alegre no puede dejar de alabar a quien se lo merece.
- Petición: Jesús ha prometido estar con nosotros siempre, con todo, es fácil desviar nuestra mirada y ponerla en las cosas que no tienen valor y luego sentirnos lejos de Dios. Que nuestra oración sea como el salmista, hacer y cumplir la promesa de obedecer la Palabra de Dios reconociendo que no podemos hacerlo solos, necesitamos del Señor mismo para esta tarea, por eso el escritor expresa: no me abandones, no me dejes.
Para los que nos llamamos hijos de Dios la felicidad no es algo que sentimos solo en momentos de realización, cuando las cosas salen bien o cuando tenemos descargas de dopamina o adrenalina, tampoco es una pequeña parte de nuestra vida, porque la felicidad es Cristo y Jesús no puede ser una parte de nuestras vidas, él tiene que ser nuestro TODO, en él la dicha es eterna y no depende de las situaciones y esta es la razón por la que deseo que después de recorrer estos versículos nuestro anhelo por amar, guardar y cumplir la Palabra de Dios haya crecido… y así celebramos a la Biblia obedeciéndola no solo en septiembre sino hasta que el Señor regrese.