Un domingo por la mañana luego de terminar una vigilia me encontraba conversando con un líder juvenil. Recuerdo claramente que él estaba sentado en el suelo con un semblante agotado, le decía que deberíamos cada uno retirarse, y su respuesta fue más o menos así: “no podemos parar, tenemos que servir, el Señor cuenta con nosotros”. Tristemente esta mentalidad domina muchas veces la forma en cómo hacemos ministerio e incluso nos manejamos en otras áreas de nuestra vida. Hablemos un poco de cuidado pastoral.
Sí, nos cansamos. Y no, no es pecado el querer hacer una pausa. Irónicamente el ejemplo de Jesús en los evangelios nos enseña que no era un robot ministerial, quien nos mostró su humanidad también a través del agotamiento, sueño, tristeza, el sentirse abrumado, angustia y sufrimiento. Sospecho que después de una vigilia se hubiese ido a su casa. Además del ejemplo del Señor todopoderoso encarnado quien llegó a estar “cansado del camino” (Jn. 4:6) revisemos brevemente dos ejemplos más de gigantes de la fe que entendieron la importancia de cuidarse.
1. El apóstol y su hoja de vida
Genuino servidor de Dios con llamado y misión. Desempeño ministerial excepcional en su desarrollo y alcance. Plantador de iglesias. Maestro y pastor. Brillante escritor y comunicador. Carácter cristiano modelo. ¡Ni qué decir sobre su formación académica! (Filipenses 3:5-6). Nos deja deslumbrados la vida de este hombre.
Al mismo tiempo, la Biblia nos deja ver sus sufrimientos externos a raíz de servir y también sus sufrimientos más íntimos. En 2 Corintios 12 Pablo abre su corazón para exteriorizar acerca de esa espina que lo hacía sufrir y ante la cual, la respuesta de Dios fue siempre la misma:
Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad (v.9)
Pablo era débil y entendió que esta debilidad corporal era la ruta para experimentar y reflejar el poder divino en su vida. Toda una paradoja. ¿En qué aspectos soy débil, de manera que es mi plataforma para que Dios se glorifique dándome fuerzas? Entrar en negación ante la fragilidad no hará que desaparezca, sino que nos estancará en un estado de inmadurez y debilidad espiritual nocivos, sumado un muy probable mal estado de salud. Seamos humildes.
2. El profeta y sus credenciales
Tal vez con un currículum más intimidante que el anterior. Experiencia ministerial en un contexto de crisis política, religiosa y espiritual de su nación. Dones de poder de parte del Espíritu Santo (milagros, sanidades, prodigios) en su vida. Combatió la idolatría y a los falsos profetas. Mentor de Eliseo como relevo profético. No murió, sino que tuvo un desenlace sobrenatural y glorioso. Directa e indirectamente reaparece en el Nuevo Testamento. Elías: unción, poder y fuego.
Pero la Biblia misma lo retrata como un hombre sujeto a pasiones. En I de Reyes 19 Elías recibe una sentencia de muerte de 24 horas y en el acto es invadido por temores, entra en una crisis depresiva, es llevado a perder el amor a sí mismo, deseando la muerte y con una fe derrumbada. Con todo Dios no lo juzga ni lo excluye antes bien lo pastorea a fin de restaurarlo. La terapia del sueño (vv. 5-6) sumada a una dieta saludable, comida y líquidos por delivery celestial, resultó en fortalecimiento para su debilidad. Dios es el mejor terapeuta y restaurador.
Luego se acostó debajo del arbusto y se quedó dormido.
De repente, un ángel lo tocó y le dijo: «Levántate y come». (v.5)
Unas preguntas de cuidado: ¿estoy durmiendo bien? ¿Qué estoy comiendo? Son preguntas muy espirituales. «Toda fatiga duradera es señal de que algo en nuestra vida no está en orden, algo que necesita ser examinado delante de Dios» Paul Tournier.
3. La piscina vacía
Es un concepto que leí hace unos años del Dr. Pablo Martínez que consiste básicamente en una piscina que necesita de una salida y una entrada de agua constante para renovarse y no pudrirse. Es similar con nosotros: necesitamos directrices y hábitos que nos carguen de energía, que nos renueven, para no terminar agotados. ¿Observa el peligro de no tener un cuidado pastoral? Una piscina vacía es letal para la vida, la familia, y el ministerio.
¿Cómo podemos mantener nuestra piscina llena? Sumado a los consejos mencionados e en el punto anterior, mi amigo lector haced pausas con propósito (nótese mi tono apostólico). Tres consejos para recordar:
- Descanso diario: dormir.
- Descanso semanal: el shabat (nuestro domingo).
- Descanso anual: una temporada de vacaciones.
Por mi profesión les digo que aun los robots, servidores, sistemas automatizados, y aplicaciones en general se estresan literalmente y colapsan, se necesitan hacer ajustes sobre ellos para que puedan cumplir con lo esperado. Cuánto más seres de carne y hueso.
Con mucho cuidado quisiera invitarte a investigar sobre dos antihéroes de Pablo y Elías. Son dos casos tristes y trágicos de dos personajes famosos del mundo cristiano del siglo pasado quienes descuidaron totalmente el cuidado pastoral en su vida, y decidieron, “quedarse después de la vigilia”, y lanzarse a la piscina ya vacía. Terminaron hechos añicos en el concreto. Bob Pierce y Ravi Zacharias.
4.Tú y tu cuidado pastoral
La comunión con Dios es mi única esperanza, de lo contrario, las pruebas y aguijones me aniquilarán. Mi responsabilidad consiste en reconocer mi debilidad, porque sí, soy débil, e incapaz para la obra sin cultivar mi comunión con el Señor (Jn.15:5). Dependo del poder divino para vivir.
¿Cada cuánto hago pausas? ¿cómo están mis oraciones? ¿con o sin fe, fervientes o esporádicas, insípidas o condimentadas? ¿Quiénes me cuidan?
No, no sobrecargarme, no caminar solo. No puedo, no debo. Necesito aprender a decir que no, me aconsejaba un pastor en una ocasión. El llamado de Dios no es a quemarnos. Nunca lo es. El activismo es dañino.
Lo primero es el discipulado (acompañamiento) y pastoreo en mi vida, para luego discipular (acompañar), servir y pastorear en la vida de otros.
Estos sencillos consejos me los repito a mí mismo porque es algo que puedo olvidar con facilidad. Si la vigilia terminó, ve a tu casa y duerme feliz. Cuídate.
Como hombres naturales buscábamos consejos con hombres naturales, ahora como cristianos esclavos de Cristo siempre debemos acudir a nuestro Padre celestial, debemos contar también con un hermano en Cristo con quien poder compartir momentos de alegría, tristeza, angustia, etc. Fortalecernos en el Señor cada día es la meta para estar listos y servir en Su obra donde él nos lleve, nos fortalecernos espiritualmente (lectura Biblia, oración y ayuno) y físicamente teniendo ese cuidado con nuestro cuerpo, incluyendo los tres descansos necesarios anotados por ustedes lo cual es fundamental. Gracias mil bendiciones.
Así es, es fundamental cuidarnos.
Gracias Libardo ¡bendiciones!