Hace años, cerca de la casa donde vivían mis padres, se escuchaban algunos coros que exaltaban a Dios. Me pregunté lo siguiente: ¿por qué hay tantas iglesias si solo hay un Dios? Yo era el monaguillo del pueblo y tenía vocación sacerdotal, esperaba ser un sacerdote católico; crecí, me estaba preparando para ingresar al Seminario y hacer mis votos cuando, una noche, leyendo el Evangelio de Juan, especialmente el capítulo 3 donde Jesús conversaba con Nicodemo acerca del reino, se me abrió la mente y me cuestioné cómo es que este hombre hablaba de un reino que no conocía. Esa noche me arrodillé y le dije al Señor:
̶ Te recibo como mi Señor y Salvador, no me permitas ser otro Nicodemo antes de su conversación contigo.
Años más tarde, Dios me llamó a su ministerio. Muy joven, recibí una preparación Teológica y, luego, conocí a mi esposa Ilda, quien ha sido de mucha bendición para mi vida, esa ayuda idónea que todo ministro anhela tener cuando llegan las tormentas y cuando existen las bonanzas. Posteriormente, Dios nos bendijo con tres hijos: Jireh (Provisión de Dios), Juan (Bendición de Dios) y Uziel (Poder de Dios).
El ministerio pastoral no es una simple función religiosa, sino un estilo de vida, es como la familia de los levitas que fue apartada, como esa ofrenda mecida en Israel para ministrar a su pueblo (Números 8:14-22), es un llamado de parte de Dios. Las Escrituras dicen que Jesús llamó a quienes Él quiso y ellos vinieron a Él (Marcos 3:13). Todos deben servir al Señor con sus dones, pero el estar constituido como ministro del Señor requiere de esa gracia abundante (1 Timoteo 1:12-14). El ser pastor es un privilegio, pero, además, una gran responsabilidad delante de Dios. Primeramente, debes pastorear a tu familia con mucho amor, de esta manera te será más fácil guiar al pueblo de Dios, pues, el que no sabe gobernar su casa, cómo cuidará de la iglesia del Señor (1 Timoteo 3:5).
Actualmente, existen diversos métodos para desarrollar ministerios, exportados unos y contextualizados otros; no obstante, si me preguntas qué opinión tengo acerca de esta experiencia pastoral, puedo resumírtelo en tres partes: Oración (1 Tesalonicenses 5:17), Administración (1Corintios 4:1) y Acción (Mateo 28:19-20), toda gira en este triángulo. En estos últimos tiempos, la iglesia ha sido atacada por el enemigo y una de las razones es que muchos inconversos están al frente de los púlpitos enseñando doctrinas y filosofías humanas. Les ocurre lo de Nicodemo antes de su encuentro con Cristo, hablaba de un reino ideológico y utópico, no de ese nuevo nacimiento que Jesús le mostró.
El ministerio pastoral no se trata de una posición de eminencia, sino de una entrega total a Aquel que lo llamó a su luz admirable. Consiste en anunciar sus virtudes, no las nuestras (1 Pedro 2:9). Hoy, entiendo que hay muchas iglesias, no por causa de Dios, sino por causa del hombre, quien busca llenar el vacío de su corazón. Han pasado treinta años después de aquel llamado; como familia, hemos tenido la experiencia de haber estado en terremotos, huracanes, inundaciones y, aun, en batallas espirituales; pero, puedo decirles que no hay mayor gozo como pastor que el saber que los hijos de Dios andan en la verdad.
Autor Invitado: Ps. Juan Francisco Rodríguez
Está casado con Ildaura F. de Rodríguez y juntos tienen tres hijos Jireh, Juan Francisco Jr. y Uziel.
Tiene 30 años de compartir la Palabra del Señor. Es conferencista Internacional llevando el mensaje del evangelio a varios países de Latinoamérica. Es fundador del grupo de apoyo para ministros y sus familias en el área de consejería pastoral Siervos sin Fronteras.
Actualmente es pastor de la Iglesia Bautista Fe y Esperanza en La Chorrera, Panamá.
Oración, administración y Acción son puntos que muchos pastores no toman en cuenta. Los tres son de igual importancia. Que el Señor le siga usando en su ministerio.
Excelente Testimonio de un verdadero siervo de Dios, doúlos de Cristo, ejemplo para las actuales y nuevas generaciones de creyentes. Jehová lo siga usando cada día más y más en Su obra redentora para extensión del reino.