La historia de cuando el pueblo judío elige a Barrabás sobre Jesús es muy popular y a menudo se usa para hablar de política en tiempos de elecciones. La gente suele decir hace 2000 años eligieron al ladrón Barrabás en vez de a Jesús y 2000 años después el pueblo sigue eligiendo a los ladrones.
Aunque esta frase tiene fundamento bíblico, no es exacta, ya que Barrabás no era precisamente un ladrón como los políticos corruptos de hoy, de hecho, ser ladrón no era ni siquiera el crimen que mejor lo identificaba.
Marcos 15:7, Lucas 23:19 y Hechos 3:14, dicen que Barrabás era un insurgente, promotor de disturbios y asesino. De hecho Pedro lo describe en su primer discurso como asesino y no como ladrón.
¿Qué era exactamente Barrabás?
Era una especie de guerrillero, un líder social violento que buscaba la liberación de Jerusalén de Roma. Así que en cierta manera Barrabás era una especie de libertador.
Los judíos todos anhelaban la liberación de Roma. Sabían que se les había prometido un libertador, en las profecías del Antiguo Testamento, por ejemplo. Zacarías 9:9-10 habla sobre como se le promete un rey a Israel y el tipo de señorío que tendría.
Durante el ministerio de Jesús, la demostración de su poder en los distintos milagros emocionó al pueblo porque pensaron que ahora si había llegado el libertador. Y no estaban equivocados, Jesús era y es el libertador. En lo que si estaban equivocados era en el objeto del que necesitaban ser liberados. Ellos creían que era Roma de quién necesitaban liberación pero realmente el pecado era el verdadero enemigo.
A Jesús parecía no importarle Roma, la mayoría de sus ataques era contra los mismos judíos, principalmente los líderes religiosos. Eso no suena como el mesías esperado. Jesús sí vino a liberar su pueblo, pero, aunque ciertamente estaban como súbditos de Roma, la verdadera subyugación era la del pecado.
Los líderes religiosos lo odiaban por eso, pero el pueblo aún tenía esperanza, ellos seguían viendo milagros y demostraciones de poder, comida gratis y en cantidad, sanidades y hasta levantar muertos. Este tipo si parecía ser el “libertador” que ellos esperaban.
Cuando finalmente Jesús está siendo sentenciado ante Pilato y los fariseos y sacerdotes persuaden al pueblo para que pidan la crucifixión de Jesús (Mateo 27:20), la persuasión no fue difícil. Jesús el hombre con poderes está literalmente dejándose enjuiciar y casi que sentenciar a muerte, ahora ya no había admiración, ya no había deseo de hacerlo rey. Ahora Jesús se ve débil, que clase de libertador puede ser él si no puede usar su poder para no ser enjuiciado precisamente contra el imperio del que quieren ser liberados, si sus poderes no sirven aquí, entonces ¿para qué elegirlo?
Barrabás ahora se ve como una mejor alternativa, Lucas 23:19, nos dice que Barrabás estaba encarcelado por haber participado en un levantamiento de armas contra Roma y hasta mató personas.
La elección ahora era entre un hombre débil e indefenso sin deseo de usar su poder, o un hombre que parecía tener valor de hasta matar para lograr la liberación tan anhelada por el pueblo. La elección era obvia para ellos. Barrabás.
¿De que manera todavía elegimos a Barrabás hoy?
Los Barrabases que elegimos hoy no necesariamente son lideres revolucionarios.
Cuando la mayoría escucha la historia de Barrabás y Jesús, piensa que estaban locos los judíos y que jamás hubiesen escogido a Barrabás sobre Jesús, pero la verdad es que todos en algún momento elegimos a otro Barrabás en vez de Jesús.
Cada vez que dejamos de ver el pecado como el mayor problema que tenemos, cualquier cosa puede ser ese Barrabás.
Esto puede ser un político, líder espiritual, una actividad, uno o varios objetos, o hasta pecados, cualquier cosa que parezca suplir la necesidad que sentimos que tenemos y que vemos como la necesidad más importante.
El pecado es el verdadero y más importante problema y la única solución es Cristo
El pecado es el problema de todos los seres humanos, todos. Ninguno está exento del pecado y sus consecuencias y la mayor consecuencia es la muerte eterna, pero no solo la muerte sino un montón de aflicciones en esta vida.

Es muy usual ver las consecuencias como los problemas principales. Y cada vez que erramos en el análisis del verdadero problema, veremos a otra cosa o persona como la solución o incluso a Jesús mismo como el dador exclusivo del alivio a ese problema, más no del pecado. Por ejemplo, los judíos querían a Jesús por la comida o las sanidades y en el momento que Jesús no hacía eso ya no lo querían. Hoy en muchas ocasiones queremos a Jesús por lo mismo, por el pan y la sanidad, pero no por el perdón de pecados.
La iglesia primitiva entendió el evangelio, entendieron que el problema a vencer era el pecado y no Roma. Tener comida, salud, dinero, trabajo, libertad política u otras cosas no son malas cosas en sí mismas. Pero Cristo siempre es y seguirá siendo el libertador que necesitamos. Cualquier otro “libertador” podrá aliviar un problema, pero nunca eliminarlo por completo.
Si entendemos que estamos muertos cómo la Biblia dice que estamos en nuestros pecados, entonces no me preocuparé por como me veo, o que visto, la solución a la muerte es la vida. Y Jesús es la vida, el único dador de vida. Ya basta de elegir a Barrabás, elijamos a Cristo siempre. Él es fuerte siempre, y poderoso para salvarnos del pecado y sus efectos y llevarnos con seguridad a la gloria con Él.
Imágenes: Wikimedia Commons/Public Domain Image/Antonio Ciseri

Autor Invitado: Nelson Rivera
Panameño, casado con Carolina y padre de Karina. Salvo por la gracia de Dios desde la infancia y desde entonces siempre amante de conocer más a Dios y de Dios.
Le encanta enseñar, leer libros y siempre está a la orden para un buen café y una buena conversación.
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Excelente análisis de la historia «tan conocida» pero por lo regular, muy mal aplicada. Gracias por tan buena reflexión. Gracia y paz.
Gracias José por tu aporte.