Los ángeles no discipulan

Discipulado. Sin duda, una enorme responsabilidad. Ningún ángel lo hará, no es su tarea. No evangelizan, ni mucho menos acompañan a otros de forma cercana en sus primeros pasos de fe. Los ángeles no discipulan.  Ahora, una pregunta obligada aquí es por qué es tan poco frecuente (o eso parece) el que la iglesia haga discípulos. La realidad es que debería ser algo de primera importancia en la agenda local y global.

  • Es una responsabilidad santa: Es un reto que necesita de hombres y mujeres santos en su forma de vivir. Santidad del maestro y del discípulo. En este pasaje de Pedro se menciona esto reiteradamente como algo primordial (1:15-16, 22; 2:5, 9). Ya se mencionó en un artículo anterior, se trata de madurar en santidad yo, antes de fomentar la madurez espiritual de otros.
  • Es una tarea integral: El discipulado abarca a toda la persona y no únicamente lo que tiene que ver con su crecimiento espiritual o su “alma”. Pedro nuevamente es un buen ejemplo de esto, recordemos que Jesús no se enfocó únicamente en que aprendiera buena doctrina, o supiera cómo orar, sino que se preocupó por su familia curando a la suegra que estaba enferma en su casa (Marcos 1:30-31). No sabemos si fue motivo de felicidad para Pedro, pero fue sanada la doña. Podemos discipular al visitar a ese familiar de nuestro discípulo que está enfermo o necesitado.
  • Es una alegría única: Ver el crecimiento de otro cristiano es toda una alegría. Desde compartirle el evangelio hasta que esa persona se multiplica en otros. Si bien es cierto, este trabajo rara vez genera una remuneración física y muchas, muchas veces suele ser ingrato y duro, vale la pena. Nació en el corazón de Dios. No es un show, ni un evento de entretenimiento. Mejor que eso: es salvación, libertad de pecado y condenación y vida eterna, transformación. ¡Asombroso!

1 comentario en “Los ángeles no discipulan”

  1. Greiza Henríquez

    Es muy cierto que el discipulado no ocupa el lugar que debiera estar en la Iglesia, preferimos organizar conciertos que no edifican como lo hace el discipulado. Perdemos la visión que es un privilegio que Dios nos ha otorgado. Gracias por mantenernos enfocados a lo que es prioritario. Dios les siga usando en este ministerio y nos haga comprometernos más con el mismo.

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