Desde pequeña me han gustado mucho los libros ilustrados; algunos pueden evocar ternura con sus lindos dibujos, hay los que suavizan la realidad de lo que se cuenta y otros son completas obras de arte; pero todo esto no sería nada sin una buena historia, una bien narrada y que guarde relación con la parte gráfica. Es por esto que escribir para niños, para mí, es un arte y sin duda la autora e ilustradora Stephanie Williams dio en el clavo con la serie que hoy les voy a reseñar.
La serie “Yo pequeño, Gran Dios”, por su nombre original en inglés, narra para los pequeños, relatos del evangelio de manera sencilla poniendo a Jesús en el centro y mostrándole como pueden obedecer la Palabra.
En español, por ahora, contamos con tres de estos libritos y en inglés la serie esta completa. Antes de hablarles de cada uno de las obras quiero mencionarles generalidades que me gusta de la serie:
- Aunque son para niños, tienen el poder de enganchar a los adultos y tocar su corazón.
- Han incluido a los más pequeños, porque están creados bajo la siguiente instrucción: “léeme 1-5 años / yo lo leo 6-8 años”. Esto nos hace muy felices a los padres de niños menores de 2 años ya que a veces es difícil conseguir libros para ellos que no sean los típicos de animales o sensoriales.
- Al final de cada libro la autora deja la porción de la Biblia en la que se encuentra la historia y la comparte en la Nueva Versión Internacional, buscando mantener sencillo el lenguaje para los niños. Además, encontramos una nota para los adultos, la que se puede usar para comprender la historia con más palabras y luego tener una conversación con los pequeños, como también para compartir el evangelio a los lectores adultos que aún no tienen una relación con Jesús.
- Los colores elegidos para cada libro son vibrantes y las ilustraciones graciosas.
- A la autora le encanta leer libros ilustrados, incluso los pide en navidad o en su cumpleaños. [1]
Lo mejor que podemos hacer
Aquí tenemos a las hermanas Marta y María en su casa siendo anfitrionas de Jesús y las personas que lo acompañan. Este par de mujeres, con sus situaciones particulares son usadas por Jesús para enseñarnos una poderosa verdad. La última frase de la obra nos deja reflexionando y debe llevarnos a la acción. Este es el favorito de mi hija.
El hombre que no se quedó callado
Esta es la historia de Bartimeo, un ciego de nacimiento que creyó que Jesús podría sanarle. El libro nos muestra la tenacidad de Bartimeo, la manera en que se comporto la gente a su alrededor y lo que dijo e hizo Jesús.
Aunque seas pequeño
Este nos cuenta la vez que los niños quisieron acercarse a Jesús y la manera en que los abordan los discípulos. Al final Jesús enseña con esta situación una verdad para los chiquitos como para los grandes. La historia cierra con una pregunta, a la que me hija siempre responde sí y aunque sé que ella no comprende con claridad la magnitud de su respuesta, yo siempre respondo amén y me lleva a orar de inmediato para que eso sea algún día una verdad en su vida.
Los tres libros están basados en la Palabra de Dios y llevan al lector a comprender la historia en su época y luego la conecta con el nuestro, dejándonos con una tarea: obedecer a Jesús.
Si eres padre de infante, como yo, te sugiero que le leas estas historias a tus hijos pequeños. Ellos pueden comprender más de lo que creemos. Después puedes usar las aventuras de los personajes para corregirles y apuntar su corazón a la Palabra de Dios.
Si eres padre de niños de 6 a 8 años, consigue estos libros a tus hijos, porque al ser de pocas páginas y textos cortos reforzarás su lectura comprensiva y podrán tener conversaciones sobre Jesús.
Si eres maestro, líder de niños, maestro de escuela dominical o simplemente un amante de los libros ilustrados, sin duda debes comprar esta serie y te doy un dato, son muy, muy económicos, así que no hay excusas.
[1] Portafolio Andamio (31 de marzo de 2022). Un café con Steph Williams, la autora de «¡Nunca eres demasiado pequeño!». https://portafolioandamio.com/2022/03/31/un-cafe-con-steph-williams-la-autora-de-nunca-eres-demasiado-pequeno/