¿Cuál sería para un creyente la mejor manera de honrar a la patria? sin duda que es bonito decorar con nuestra hermosa bandera la fachada de la casa y colocar en redes sociales cuánto amamos al país, sin embargo, me atrevo a proponer que, siendo genuinos es como mejor honramos a la tierra donde nacimos, viviendo como lo que decimos ser: cristianos. En la cultura de hoy sigue siendo crítico conocer nuestra identidad como creyentes. No es la intención satanizar la cultura ignorando los elementos rescatables que la enriquecen como tradiciones, costumbres o comidas típicas, no obstante, es una cultura postmoderna que redefine y altera verdades esenciales que antes eran indiscutibles, produciendo una sociedad golpeada por el relativismo, la supremacía de lo inmediato, anorexia espiritual, ocio excesivo, y una sexualidad egoísta acompañada de un amor líquido, entre otros factores.
Josh McDowell plantea que hace unos años tolerancia era aceptar a otros sin estar de acuerdo o compartir sus creencias, pero hoy tolerancia es aceptar las creencias, valores, estilo de vida y conceptos de verdad de cada cual como iguales. La libertad ya no es hacer lo que uno sabe que debe hacer sino más bien poder hacer lo que uno quiera. La verdad no es el patrón absoluto de lo correcto o incorrecto, sino aquello que para usted es correcto (La Última Generación de cristianos; pág. 18-19. 2006).
Mi identidad cristiana encierra quién soy ahora que he creído en Jesús, y está compuesta por diferentes verdades que conllevan mucha bendición y responsabilidad. Por mencionar algunas, al creer en Jesucristo como Señor y Salvador personal vengo a ser hijo de Dios (1 Jn. 3:1) lo cual implica que tengo ahora una relación con Dios Padre, a su vez conlleva obediencia absoluta de mi parte; encuentro también que soy santo (1 P. 1:15-16), he sido apartado de forma especial para Él, por ende estoy llamado a vivir en santidad sin excusas ¡y nadie que viva en santidad participa de ninguna forma de corrupción! si quieres verlo más diplomático, todo seguidor del Señor es un embajador del cielo (1 Co. 5:20) con la misión de comunicar e invitar a otros que se reconcilien con Dios.
No te preocupes por descifrar quién eres en Cristo, ni mucho menos por inventar tu propia identidad como una clase especial de cristiano o cristiana, ya la Biblia se encarga de revelar explícitamente esto. Tú eres lo que Dios dice que eres, tú estás donde Dios dice que estás y tienes lo que Dios dice que tienes; es nuestra tarea sumergirnos en el texto para conocer más, en Mateo 5 por ejemplo, Jesús dice que somos los encargados de darle sabor a un mundo insípido y alumbrar a otros para que den gloria a Dios.
Seguramente vienen a tu mente más componentes de tu identidad como creyente, la realidad es que cuando tenemos estas verdades bíblicas claras, arraigadas en nuestro corazón y nuestro vida con la ayuda del Espíritu Santo, podemos honrar a Dios y por ende a la patria. Puede que no podamos participar de desfiles este año, pero sí hacemos mucho siendo fieles y genuinos discípulos de Cristo. Es la mejor manera de hacer patria para la gloria de Dios ¿no crees? Dios bendiga nuestro país.